Horizonte.

Se acabaron los lunares de tu cuerpo,
se acabaron las marcas y los dientes;
es lo que tiene contar de memoria,
que un día se borran los recuerdos
y al día siguiente se te olvidan hasta los números.

Han llovido demasiadas noches
para seguir respirando
el aire de tus esquinas.

Las fechas vuelven a ser blancas,
los calendarios huelen a nuevo
y las pisadas...
ay las pisadas dejan huellas firmes.
Se acabaron siluetas sin formas
de pies desdibujados en la arena.

Ahora mar y puerto
con sus barquitos, sus diques y sus veleros,
con su olor a sal y a extranjero,
con su sabor a piel y su eco de horizonte.


[29 de octubre de 2011, inspiración en el metro]


La Cara Oculta. Andrés Baiz. Septiembre 2011.

Hace unos días estuve en el cine, de esas veces que lo que te lleva hasta la butaca es un actor en concreto... qué le vamos a hacer, cada uno tiene sus debilidades. Fui a ver una película cuyo director reconozco que desconocía y de la que sólo había visto el tráiler y escasas opiniones de unos amigos, quizás la mejor forma de entrar en una sala.

'La cara oculta' tiene un comienzo extraño, desconcertante pero "atrapador", desde los primeros minutos crea un suspense que, si no hubiera visto el tráiler... pensaría que estoy ante una película de casas encantadas, cosa que no descubres hasta mitad de la película donde el director nos presenta el pastel que ya nos ha desvelado con el susodicho tráiler, pero he de reconocer que continúa rizando el rizo y mantiene la tensión hasta el último "manotazo" de la cinta. 'La cara oculta' es un gran guión muy bien rodado que da poca cancha de previsibilidad al espectador y que engancha a cada minuto, con unos personajes muy definidos y bien creados aunque extraños a la hora de ser interpretados, parece que cada uno está en una película distinta, cada uno en un registro y por momentos se ve demasiado al actor/triz. Aún así, y no quiero caer en el tópico de defender al de fuera y criticar al español (adoro a Quim Gutiérrez), he de destacar el trabajo de Martina García, está fresca, natural cercana y cuando su personaje se "revela" tiene la mirada encendida, viva. He de destacar también una muy buena banda sonora aunque usada de forma excesiva, incluso en momentos donde no es necesaria en absoluto.

Con sus inconvenientes, 'La cara oculta' me ha parecido una película muy muy muy bien rodada, con una fotografía cuidada y un muy buen gusto por el cine, que por momentos roza la exquisita frialdad del cine de Hitchcock y con un giro de tuerca bastante original entre el terror psicológico y el thriller; a mi modo de ver, recomendable.


La Piel que Habito. Pedro Almodóvar. Septiembre 2011.

¿Quién dice que Almodóvar ha perdido su esencia en 'La piel que habito'? ¿Quién dice que ya no es el director frenético y rompedor de la movida española? ¿Quién dice que ha perdido su espíritu?

Hoy, como un ritual autoimpuesto y con el que disfruto cada vez más, me he ido a una sala de cine, de nuevo, a disfrutar del nuevo trabajo del realizador por el que decidí dedicarme a esta locura y hoy, he vuelto a disfrutar como hace mucho que no lo hacía.

'La piel que habito' es un ejercicio de almodovarismo puro. Desde 'Todo sobre mi madre' se está hablando de que Almodóvar está en una etapa más madura y que ello conlleva consigo que está perdiendo la seña de identidad de sus primeras películas; comparto esta opinión en parte y por ello mismo considero que este último largometraje es una vuelta a su propia locura (sé que nadie tiene esta opinión), una vuelta al cine de sus inicios con el evidente filtro del paso de los años, la experiencia y la influencia del mundo que nos rodea, de la evolución o la propia involución del ser humano, que hace cree una historia totalmente nueva. Queda muy clara sobre la palestra la perversa y maravillosa imaginación del creador de la orden de las "Redentoras Humilladas", o de un dentista pedófilo que compra hijos a sus clientas, o de terroristas chiítas que engañan a una inocente modelo malagueña. Almodóvar ha vuelto a crear una película absolutamente perversa, sin duda la más perversa de todas, con personajes sin escrúpulos ningunos, que no tienen un atisbo de conciencia, moral o culpa, "engendrados por la locura", que evidentemente tienen unas víctimas, principalmente un personaje con un dolor inimaginable, con un daño imposible de curar; elementos nuevos en la cinematografía del manchego pero entrelazados con otros ya desarrollados a lo largo de su carrera, como la madre resignada a su destino, como las tres secuencias magníficas en la tienda "vintage", como los doctores que dan malas noticias, como las manos de mujeres en la cocina y con cuchillos, como el magnífico monólogo de Marilia (Marisa Paredes) explicando la historia de su familia (ahí la Paredes está grande, grande), y esos planos de cancelas que se abren y se cierran escondiendo al resto todo el mundo que puede haber dentro de una casa, y esos personajes que ven, sienten y se comunican a través de pantallas, y una cantante en directo, y la importancia de los espejos.... ¿quién dice que Almodóvar ha perdido su propio camino?

Almodóvar, o lo que consideramos el almodovarismo está muy presente en este guión, que vuelve a tener frases de esas que se clavan y que a muchos, como a mí, nos gusta repetir. Los personajes son soberbios y los actores están inmensos. Antonio Banderas ha sido mi primera sorpresa, lejos de su excesiva gesticulación tiene viva la mirada, Elena Anaya tiene mención aparte, es pura carnalidad interpretando, Marisa Paredes está grande, tan sumamente sobreactuada que hace creíble y verdadera su sobreactuación, Jan Cornet encarna muy bien un dolor inimaginable para una persona real y mención tiene también para mí Blanca Suárez, que le da una naturalidad pasmosa a un personaje pequeño pero realmente difícil.

Lo sé, es un película con fallos, con desaciertos, pero en cada secuencia estás viendo a su director y eso hace tiempo que no me pasaba en una sala de cine. Con una banda sonora que se clava en los oídos y los violines de Alberto Iglesias siguen sonando y sonando horas después de salir de la sala de cine.

Cuando salí de ver 'Los abrazos rotos' lo hice con mala sensación, soy muy llorón y en un historia tan sentimental como esta no se me había escapado ni una lágrima, al salir hoy me habían estallado los ojos y justo en la frase final, te mantienes en una extraña tensión toda la película y en el último minuto, que incluso puedes llegar a prever, te rompe en un ejercición de espectación absoluta. Almodóvar nunca ha sido de películas perfectas y esta, estoy con Jota Linares, en que algún día será considerada obra maestra, sólo necesita tiempo.