Feliz 13, Feliz Vida!!!

Porque el optimismo es de valientes (y lo somos),
porque sonriendo se camina mejor (y reiremos a carcajadas),
porque es preferible hacer a esperar (y haremos),
porque el 13 no es un número más
y porque para respirar aire fresco sólo es necesario abrir una ventana nueva.
FELIZ 2013.

José J. Burgos.

Duerme.

No hay rosas que en tu mármol alumbren
ni cipreses que en tu senda avisen.

Duerme Federico, duerme.
Dejaremos abierta
la puerta de tu balcón.
No habrá "cerillas apagadas"
que se coman tus palabras.
Adela saldrá airosa
a los campos y a las tablas.
No habrá hábito ni luto
que marchite tus páginas,
que silencie tus dedos,
que fustigue tu viento.

Duerme Federico, duerme
entre vientos de la Alhambra
y fuentes de la serranía
que la noche verde de agosto
solo será muelle y puerto
y latigazo de tierra seca.
La luna se pondrá su antifaz
el de los ojos cosidos,
el del lunes que no llega,
y el tiempo devolverá la fiesta.

Duerme tranquilo, duerme,
que tu alma libre ya vaga
entre sedientos incandescentes.
Tus crujidos son gloria,
la gloria de tus días grises
y el tormento de tu verdugo.

Duerme Federico, duerme,
perdido entre las raíces
de un árbol que si hablara
gritaría: Nueva York.
Duerme entre las manos
de quien mece tus páginas
y baila tus reclamos.

Duerme Federico, duerme.
Descansa en tu nido de cigüeñas,
que la muerte sólo llega
cuando dispara el olvido.

Duerme Federico.


[Canción a Lorca, publicada por primera vez el 19 de agosto de 2012 y reescrita en diciembre de 2012]

D.N.I. (días no contados)

La hoja que está a medio camino
entre el pétalo y la caduca.

El folio blanco,
la tinta negra,
la estructura libre.

El aire.

La palabra,
tú,
no más que tú.
Azul.

La raíz, la piedra y el aroma,
el camino, los recuerdos y el verde.
Los surcos arados en la tierra roja,
la ventana de los visillos cielo.

Telón.
Yo.


 [1 de junio, a partir de unas notas.]

Seis puntos sobre Emma. Roberto Pérez Toledo. Mayo 2012.

Mi mejor amiga se llama Mari, tiene 29 años, es pura vitalidad y es ciega desde su nacimiento. Juntos llevamos más de la mitad de nuestras vidas, juntos hemos hecho todo tipo de locuras, hemos reído y llorado, hemos aprendido muchísimo el uno del otro y su falta total de visión jamás ha sido un handicap en ni una sola de nuestras aventuras.

 Roberto Pérez Toledo es el director de cine español más presente en la "cibervida"; allá por 2006, a través de Fotolog, nos conocimos y empecé a seguirlo en sus diversos blogs y en redes sociales; jamás nos hemos encontrado cara a cara pero es el creador del que considero uno de los mejores cortometrajes que he visto nunca: "Vuelco", razón de más para seguirle en cada historia que comienza.

 Estos dos puntos son más que suficientes para que "Seis puntos sobre Emma" fuera una de las películas que más esperaba desde que tuve conocimiento de su existencia hace ya más de dos años, y a ello se suma mi más que admiración por su protagonista: Verónica Echegui. Y la historia de Pérez Toledo no me ha decepcionado, todo lo contrario, Emma llega, emociona, te llena de vitalidad y te da un latigazo de realidad. Además es cine hecho sin practicamente presupuesto que en ningún momento se evidencia, al contrario, están muy bien usados todos sus recursos. Tenía especial ganas de ver el tratamiento que le daban en el guión al personaje de Emma, y dicho tratamiento es maravilloso, pero sobretodo real y cercano, sin caer en compasiones ni lacrimógenas lástimas, y brilla acompañado por una minuciosa realización que detalla y refleja perfectamente la vida cotidiana de una persona invidente. Por lo que he comentado al inicio de esta entrada y porque me gusta mucho observar a mi amiga Mari, conozco muy bien como se desenvuelve una persona sin vista, como ataca para coger las cosas, como llena un vaso de agua, la vocecilla de su teléfono, como plancha o como te mira con la punta de la nariz y eso está perfectamente reflejado en la cinta y magistralmente, sí digo magistralmente y lo recalco con mayúsculas, interpretado por Verónica Echegui que hace en esta ocasión la mejor construcción de un personaje que he visto jamás en una sala de cine, sin caer en exageraciones, llena a Emma de verdad, la Echegui vuelve a poner toda la carne en el asador, se entrega en cuerpo y alma al trabajo en la película y sale triunfante. Si he tardado tres días en escribir esta entrada es porque no encuentro las palabras para describir lo que hace la actriz, y sigo sin encontralas, es brutal, pura verdad. Y no sólo ella, Fernando Tielve sorprende a cada paso y regala un personaje que en todo momento te hace desconfiar con una mirada muy trabajada pero que al final no tiene más que amor, Álex García se quita su armadura "muscular" televisiva y entra en el cine con mucha sinceridad y con un trabajo realmente bueno. Mabel del Pozo es mi gran descubrimiento de la cinta, una interpretación visceral y real; y así continuamos con un recorrido de secundarios maravillosos que forman el plantel de los lisiaditos (tal cual los llaman Topacio y Casandra... véase el vídeo en Youtube) en los que no sobra ninguno y entre los que destacan Mariam Hernández y Nacho Aldeguer, con dos interpretaciones muy difíciles pero llenas de ternura. Roberto siempre ha destacado como guionista de historias sinceras y cercanas pero para mí se descubre en su primer largo como un creador de personajes femeninos perfectos y bellísimos, ni una sola de las actrices de la películas creo que pueda tener una queja, todas brillan con personajes que dan ganas de abrazar. Y he de recalcar el muy buen cierre de la cinta con un parlamento de la actriz Mabel del Pozo muy necesario en esta historia y muy valiente por parte de su director y guionista. Seis puntos sobre Emma es una buena ópera prima que augura a Pérez Toledo una carrera llena de largometrajes sinceros, llenos de verdad y cercanos. Enhorabuena Roberto!!!

Grupo 7. Alberto Rodríguez. Abril 2012.

Grupo 7 es puro cine andaluz; algunos, al usar esta denominación simplemente me dicen que eso es un concepto vacío e inexistente, ahora tengo una respuesta más que darles: Grupo 7, porque está producida y realizada desde Andalucía, porque está escrita, rodada e interpretada con acento y porque refleja una época, una sociedad y una transición de una ciudad andaluzas, elementos fundamentales para presentar con "denominación de origen" una cinta. Sí, existe el cine andaluz, y Grupo 7 se une con orgullo a una lista pequeña pero llena de grandes títulos, en la cual, Alberto Rodríguez ya se empieza a escribir con letras mayúsculas, sin menospreciar por ello a nuestro cine patrio, español, que cada vez se engrosa y crece de forma trepidante con una magnífica diversidad. Estamos en malos tiempos para la producción pero no para el talento.

Además de todo lo indicado, Grupo 7 es un peliculón redondo, intrigante, que no decae en ningún momento, que presenta, desarrolla y cierra cada uno de sus personajes y con el cómputo de todos ellos presenta una historia realista, fuerte y con una acción trepidante en una ciudad, Sevilla; que necesitaba un lavado de cara para uno de los mayores acontecimientos de su historia, la Exposición Universal de 1992. El realizador se sirve de estos elementos reales para presentarnos un thriller policial que no deja descanso al espectador, una película aparentemente rápida y de acción que poco a poco se va deshaciendo en una historia profunda sobre las miserias y las pobrezas de sus personajes, tanto los "buenos" como los "malos". Gran parte del éxito final de la cinta se debe a la exhaustiva dirección de Alberto Rodríguez que conoce a la perfección la historia que quiere contar (cosa que entre los directores no siempre sucede) y el ambiente en el que la quiere situar, pero también a su magnífico reparto, encabezado por un Antonio de la Torre que en cada trabajo está mejor y da más de sí, en este caso con una mirada tan profunda que no necesita ni sola de las palabras de su texto, habla con cada gesto, habla incluso con la barba de su personaje y con una forma de caminar que nos transmite una lápida inmensa, un pasado que poco a poco vamos vislumbrando con la cinta pero que desde el minuto uno ya se puede apreciar en su cara; confirmado ya sin duda como uno de los mejores actores de nuestro país y, personalmente, como uno de mis referentes interpretativos, un maestro. Mario Casas da un paso más y hace el que probablemente sea, y con diferencia, el mejor trabajo de su carrera. Junto con los dos ya mencionados conforman el Grupo 7 José Manuel Poga y Joaquín Núnez, ambos actores absolutamente realistas en sus trabajos y muy sinceros y sin estereotipos a la hora de crear sus personajes, los cuatro conforman un grupo policial absolutamente cinematográfico, que se complementan unos a otros como piezas de un puzzle perfecto. La película la completa un reparto de personajes muy bien seleccionados, que la hacen sincera, cercana, entre los que, para mí, destacan Julián Villagrán, con un Joaquín, su personaje, que desprende una ternura inusitada en este tipo de personajes y el gran descubrimiento de la película: Estefanía de los Santos, la Caoba, una prostituta clave para el cuarteto policial, que está interpretado desde la fuerza, el desgarro y la sinceridad. Estefanía tiene una de las miradas más potentes que he visto en el cine en muchos años, y una verdad en cada una de sus palabras y sus gestos que evidencian el enorme talento de la actriz, una de esas actrices que presenta a sus personajes de frente, sin voces impostadas y sin importarle lo más mínimo nada. Recalcar la que para mí es una de las mejores secuencias de la cinta, y de las secuencias buenas que he visto ultimamente, que es la protagonizada entre la susodicha actriz y el "policía" Joaquín Núñez en el bar gay, cada "microsegundo" de la secuencia, cada gesto, cada carcajada, cada palabra y, sobretodo, cada mirada son de una maestría interpretativa absoluta. Espero que Grupo 7 dé mucho que hablar y tengamos policías sevillanos para rato porque estamos sin duda ante una de las películas del año.

Y no quisiera acabar sin resaltar el escenario en el que desarrollan su limpieza los cuatro policías, una Sevilla perfectamente recreada y ambientada en aquella sociedad de finales de los 80 que va desde el centro a los barrios más marginales sin pudor alguno, enhorabuena a todo su equipo técnico y artístico por huir de los tópicos y mostrar una realidad tal cual la siguen contando los que la vivieron.

De tu ventana a la mía. Paula Ortiz. Marzo 2012.

"De tu ventana a la mía" o lo que es ir al cine a ver una película por el hecho de que trabaja una de tus actrices fetiches (Maribel Verdú) y salir emocionado tras haber visto una muy buena película y desear seguir los pasos Paula Ortiz, su directora y guionista. Y, encima, haberme reencontrado en la pantalla con tantos compañeros con los que he trabajado.

"De tu ventana a la mía" es cine hecho poesía o poesía llevada al cine, una sucesión incontrolable de planos detalle que en vez de aburrir aportan belleza, historia y personalidad a una película difícil de olvidar, una película en la que están las palabras necesarias porque la historia se cuenta con los gestos, con las miradas, con una sucesión de secuencias que se van convirtiendo en versos en una cinta en la que todos sus actores son protagonistas, todos son necesarios, al igual que sientes que es absolutamente necesaria su música cuando hace acto de presencia y cada uno de sus detalles sin los cuales la película quedaría en un vacío inocuo porque son historias, que a priori, muchos podrían pensar que ya están contadas, pero Paula Ortiz innova a la hora de contarlas:

La espera de Violeta (Leticia Dolera), la espera de Inés (Maribel Verdú), la espera de Luisa (Luisa Gavasa); las mariposas de Violeta, los trigales de Inés, los recortes de Luisa; el invernadero de Violeta, la meseta de Inés, la ventana de Luisa; las flores de Violeta; los espejos de Inés, el pintalabios de Luisa; el nuevo amor de Violeta, el amor devuelto de Inés, el amor paciente de Luisa; la cárcel sin barrotes de Violeta, la cárcel sin barrotes de Inés, la cárcel sin barrotes de Luisa; el virgo de Violeta, la trenza de Inés, el pecho de Luisa; la carta de Violeta, la hija de Inés, el beso de Luisa; la libertad de Violeta, la libertad de Inés, la libertad de Luisa. Tres mujeres, tres épocas, tres verdades y un ovillo rojo sangre. Paula Ortiz nos regala una película para deleitarnos, de esas en las que aparentemente no pasa nada pero que con cada frase, con cada secuencia, con cada detalle se nos abre una nueva ventana del alma y sales de la sala de cine deseando encontrartela por la calle pedirle un abrazo y darle las gracias por hacer una película distinta y tan personal y por sacarte una sonrisa y alguna que otra lagrimilla, gracias: cine así merece bastante la pena, enhorabuena por tu trabajo.

Katmandú, un espejo en el cielo. Icíar Bollaín. Febrero 2012.

Al igual que me pasó con "La chispa de la vida", justo un año después de ver "También la lluvia", película que me sorprendió y entusiasmó, iba a un cine a ver: "Katmandú, un espejo en el cielo". Qué bueno esto que haya directores en España que se atrevan a hacer una peli por año!!!

He de reconocer que soy un maniático, y una, de muchas, de mis manías es dirigirme al cine a ver una película en cuestión sin mucha información previa, cuanta menos mejor, si no conozco al director o actores, el tráiler como mucho. Esta vez mi manía me ha jugado una mala pasada y, craso error por mi parte, lo siento, pero no sabía que "Katmandú" estaba rodada en inglés y (muy mal) doblada al castellano, entonces me fui al Cine Acteón (calle Montera), que es el que más cerca tengo de casa, y cuando comencé a ver la cinta y vi que no encajaba la voz con los labios de Echegui, me llené de rabia y me quise ir, pero la vi completa y esto me hizo estar toda la película fijándome sólo en la mirada de Verónica Echegui, actriz que sigo y me vuelve loco desde su famosa Juani. Cuando vi "Yo soy la Juani", me planteé una de esas cuestiones que pocas veces me llego a plantear: ¿esta chica será así de choni realmente o es que es una bestia parda de la interpretación?, su carrera me ha demostrado lo segundo, y es que, cuando un actor/triz se entrega tanto a un personaje y lo hace tan real, a veces, muy pocas, pasan estas cosas, que no te puedes imaginar al personaje sin dicho intérprete y que incluso llegas a pensar que el intérprete es tal cual el personaje y eso pasa con cada trabajo de "la Echegui" que para mi tiene ganado el título de mejor actriz de su generación con mayúsculas. Además, cuando a un artista le sobra el nombre, se le puede llamar simplemente con su apellido acompañado de un artículo, es que algo muy importante está pasando a su alrededor, y lo que le está pasando a ella es que se ha consolidado en nuestro panorama cinematográfico, que, tal cual están las cosas (que salen actores nuevos todos los días y por todas partes) es muy muy difícil. Echegui: eres muy grande cabrona!!! Y a lo que iba, la mirada de la Echegui en "Katmandú", está viva, está en cada una de sus situaciones y enriquece por segundos a un personaje complicado pero muy agradecido. Mucho se ha comentado de la supuesta mala relación entre la actriz y la directora de la cinta pero Señora Bollaín sin Verónica "Katmandú" no sería nada.

La película no me entusiasmó como su anterior largometraje, quizás porque, a veces, roza demasiado el estereotipo de "vamos a hacer cine social con atisbo de documental", y eso, personalmente, me sobra, pero me gustó. Sobra decir lo maravilloso de su fotografía y sus localizaciones y lo bien que están todos los intérpretes del Nepal. Personalmente, de toda la cinta, me quedo con la inconformidad y lucha de Laia (la maestra protagonista) y todas las secuencias que transcurren en el viaje de los protas hacia la aldea de él, Tsering, para estar presente en el matrimonio de su hermana, como refleja, desde la ficción, la forma de vida de los habitantes de las montañas más altas del planeta, el momento del encuentro entre la familia y la "chica occidental" y la verdad con la que está narrada el descubrimiento del amor entre Laia y Tsering.

La chispa de la vida. Álex de la Iglesia. Enero 2012.

Hace justo un año iba al cine a ver "Balada triste de trompeta", película que a pesar de las malas críticas y algún que otro fallo evidente, a mí me gustó por lo trepidante, por la absoluta locura que presenta, por su crudeza, por sus interpretaciones, por rozar el lado más gore del ser humano y por empezar con uno de los mejores títulos de crédito que recuerdo en nuestro cine. Me gusta ÁLex de la Iglesia desde que un día, con 12 o 13 años, mi hermano mayor me puso "El día de la Bestia", y soy devoto suyo desde que me senté a ver "La Comunidad", que me volvió loco y que me presentaba una cara muy distinta y tremenda de una de mis actrices fetiches, Carmen Maura; desde entonces quiero trabajar para él.

Con "Balada triste de trompeta" nos presentaba un circo en estado puro, descarnado, con payasos asesinos y al límite; en "La chispa de la vida" nos vuelve a presentar otro circo, mucho más actual, sin maquillajes pero con la misma crueldad, sin perder un atisbo de la sátira y humor negro que le caracteriza, por lo que hace que la cinta sea aún mucho más dolorosa y dramática, sin perder comicidad, mucho más cercana al espectador, un circo que vemos todos los días, un mezcla explosiva entre la desesperación de un parado, el ansia de poder, el dolor de una familia, el éxito inmediato, el poder político, el respeto a lo histórico, la dignidad y el señor "euro", con cada ingrediente de este cóctel molotov encarnado en unos personajes bien dibujados y, sobretodo, muy bien interpretados, con los que, De la Iglesia, nos vuelve a dar en la cara con una historia sobre la miseria humana y no sólo a través del protagonista de la cinta sino de todos los personajes parásito que van picando de él. Para contrarestar tanta falta de honra, equilibra la balanza una esposa sufriente y absolutamente enamorada de su marido, unos hijos "ejemplares" y una periodista humana que separa la dignidad del trabajo. Todo esto encabezado, de nuevo, por unos títulos de crédito que no quieres que se acaben y una banda sonora que llega a desesperar por momentos de la intriga.

Uno de los morbos añadidos de la cinta es su reparto, encabezado por José Mota, que se aleja de todos sus gags para interpretar un personaje realista, el cual hace aguas al inicio pero con el que acabas mimetizando por la sinceridad con la que muestra su trabajo y por la verdad de su mirada, hace un trabajo minucioso y bestial. Prosigue una estrella internacional, Salma Hayek, que personalmente me ha sorprendido bastante por descontextualizar su trabajo de tópicos de actriz "hollywoodiense" y volver a la carnalidad de la actriz latina, me ha gustado mucho la cercanía con la que encarna su personaje. Y todo un plantel de buenos actores españoles, muy conocidos por la mayoría del público, que en personajes pequeños son la verdadera vida de la película, los que nos introducen en el conflicto que nos presenta Álex. Mención especial a Blanca Portillo, Manuel Tallafé, Antonio de la Torre y Antonio Garrido que con muy pocos planos vuelven a demostrar lo grandes que son en sus interpretaciones y, que como dice "la" Portillo: "en el cine no hay papeles pequeños".

No sé si es la mejor película de su director (yo sigo ensimismado con "La Comunidad") pero sí estoy muy seguro que es la más cuidada, la que tiene la mejor fotografía, la más limpia en recursos y la que, sin sangre, crea más desesperación y angustia en el espectador.

2011-2012

Nunca pensé que una borrachera tan corta fuese a tener una resaca tan larga, pero es lo que tiene el alcohol cuando se bebe rápido, casi sin respirar, que si se deja de golpe cuesta volver a caminar derecho, y duele, duele en lugares donde ni imaginas que existe el dolor. Pero lo peor no es eso, la verdadera resaca llega cuando te das cuenta que todo lo que has achacado a una única botella es producto de muchas borracheras sin sus horas de sueño y se abren heridas y junto con el alcohol brota sangre que estaba perdiendo el rojo, y tocas fondo, y en el fondo hay más fondo aún,y tras el fondo un lodo que ni reconoces, y te pierdes, y las ganas de todo se pierden contigo, y "todas las canciones hablan de ti", y el aire pesa, y la desgana desgarra, y las calles se hacen cuevas, y te creas una máscara, y la máscara la llevas hasta en la cama, y cuando la máscara comienza a pesar... un avión, una isla y mucho mar, sin pretensión alguna, rompen la máscara, y llega el aire, y escribir es la catarsis, y escribir es la forma más libre de expresarse, y te das cuenta que ocho meses perdidos de un año pueden servir para coger con más fuerza aún el siguiente, para inventar las ganas, para desear de nuevo, pero no a alguien, sino a algo. Una ilusión. Una profesión. Y te reconcilias contigo mismo, y cuando te reconcilias contigo mismo, sin proponértelo, te reconcilias con el resto del mundo, y las malas energías y el rencor se diluyen y se hacen nada, y vuelven las ganas, y de nuevo la ilusión vuelve al cadáver, y lo resucita, y las calles vuelven a tener color, y los recuerdos ya son sólo positivos, y un año pueden ser cuatro meses sellados con un gran colofón, y se cierran círculos, y feliz 2012, y el 2012 va a ser "El Año", y piensas en nuevas clases, en nuevas fotos, en nuevo videobook, en nuevos proyectos, y las ganas no se van, al revés, aumentan, y quieres, y quieres, y quieres, y QUIERO.


[la que debería haber sido la entrada del 1 de enero de 2012 pero cada uno comienza el año cuando quiere o puede, POR UN 2012 DE SONRISAS]