De tu ventana a la mía. Paula Ortiz. Marzo 2012.

"De tu ventana a la mía" o lo que es ir al cine a ver una película por el hecho de que trabaja una de tus actrices fetiches (Maribel Verdú) y salir emocionado tras haber visto una muy buena película y desear seguir los pasos Paula Ortiz, su directora y guionista. Y, encima, haberme reencontrado en la pantalla con tantos compañeros con los que he trabajado.

"De tu ventana a la mía" es cine hecho poesía o poesía llevada al cine, una sucesión incontrolable de planos detalle que en vez de aburrir aportan belleza, historia y personalidad a una película difícil de olvidar, una película en la que están las palabras necesarias porque la historia se cuenta con los gestos, con las miradas, con una sucesión de secuencias que se van convirtiendo en versos en una cinta en la que todos sus actores son protagonistas, todos son necesarios, al igual que sientes que es absolutamente necesaria su música cuando hace acto de presencia y cada uno de sus detalles sin los cuales la película quedaría en un vacío inocuo porque son historias, que a priori, muchos podrían pensar que ya están contadas, pero Paula Ortiz innova a la hora de contarlas:

La espera de Violeta (Leticia Dolera), la espera de Inés (Maribel Verdú), la espera de Luisa (Luisa Gavasa); las mariposas de Violeta, los trigales de Inés, los recortes de Luisa; el invernadero de Violeta, la meseta de Inés, la ventana de Luisa; las flores de Violeta; los espejos de Inés, el pintalabios de Luisa; el nuevo amor de Violeta, el amor devuelto de Inés, el amor paciente de Luisa; la cárcel sin barrotes de Violeta, la cárcel sin barrotes de Inés, la cárcel sin barrotes de Luisa; el virgo de Violeta, la trenza de Inés, el pecho de Luisa; la carta de Violeta, la hija de Inés, el beso de Luisa; la libertad de Violeta, la libertad de Inés, la libertad de Luisa. Tres mujeres, tres épocas, tres verdades y un ovillo rojo sangre. Paula Ortiz nos regala una película para deleitarnos, de esas en las que aparentemente no pasa nada pero que con cada frase, con cada secuencia, con cada detalle se nos abre una nueva ventana del alma y sales de la sala de cine deseando encontrartela por la calle pedirle un abrazo y darle las gracias por hacer una película distinta y tan personal y por sacarte una sonrisa y alguna que otra lagrimilla, gracias: cine así merece bastante la pena, enhorabuena por tu trabajo.

Katmandú, un espejo en el cielo. Icíar Bollaín. Febrero 2012.

Al igual que me pasó con "La chispa de la vida", justo un año después de ver "También la lluvia", película que me sorprendió y entusiasmó, iba a un cine a ver: "Katmandú, un espejo en el cielo". Qué bueno esto que haya directores en España que se atrevan a hacer una peli por año!!!

He de reconocer que soy un maniático, y una, de muchas, de mis manías es dirigirme al cine a ver una película en cuestión sin mucha información previa, cuanta menos mejor, si no conozco al director o actores, el tráiler como mucho. Esta vez mi manía me ha jugado una mala pasada y, craso error por mi parte, lo siento, pero no sabía que "Katmandú" estaba rodada en inglés y (muy mal) doblada al castellano, entonces me fui al Cine Acteón (calle Montera), que es el que más cerca tengo de casa, y cuando comencé a ver la cinta y vi que no encajaba la voz con los labios de Echegui, me llené de rabia y me quise ir, pero la vi completa y esto me hizo estar toda la película fijándome sólo en la mirada de Verónica Echegui, actriz que sigo y me vuelve loco desde su famosa Juani. Cuando vi "Yo soy la Juani", me planteé una de esas cuestiones que pocas veces me llego a plantear: ¿esta chica será así de choni realmente o es que es una bestia parda de la interpretación?, su carrera me ha demostrado lo segundo, y es que, cuando un actor/triz se entrega tanto a un personaje y lo hace tan real, a veces, muy pocas, pasan estas cosas, que no te puedes imaginar al personaje sin dicho intérprete y que incluso llegas a pensar que el intérprete es tal cual el personaje y eso pasa con cada trabajo de "la Echegui" que para mi tiene ganado el título de mejor actriz de su generación con mayúsculas. Además, cuando a un artista le sobra el nombre, se le puede llamar simplemente con su apellido acompañado de un artículo, es que algo muy importante está pasando a su alrededor, y lo que le está pasando a ella es que se ha consolidado en nuestro panorama cinematográfico, que, tal cual están las cosas (que salen actores nuevos todos los días y por todas partes) es muy muy difícil. Echegui: eres muy grande cabrona!!! Y a lo que iba, la mirada de la Echegui en "Katmandú", está viva, está en cada una de sus situaciones y enriquece por segundos a un personaje complicado pero muy agradecido. Mucho se ha comentado de la supuesta mala relación entre la actriz y la directora de la cinta pero Señora Bollaín sin Verónica "Katmandú" no sería nada.

La película no me entusiasmó como su anterior largometraje, quizás porque, a veces, roza demasiado el estereotipo de "vamos a hacer cine social con atisbo de documental", y eso, personalmente, me sobra, pero me gustó. Sobra decir lo maravilloso de su fotografía y sus localizaciones y lo bien que están todos los intérpretes del Nepal. Personalmente, de toda la cinta, me quedo con la inconformidad y lucha de Laia (la maestra protagonista) y todas las secuencias que transcurren en el viaje de los protas hacia la aldea de él, Tsering, para estar presente en el matrimonio de su hermana, como refleja, desde la ficción, la forma de vida de los habitantes de las montañas más altas del planeta, el momento del encuentro entre la familia y la "chica occidental" y la verdad con la que está narrada el descubrimiento del amor entre Laia y Tsering.