Viaje en tren.

Cada mañana, a las 11:15 hs. me acuerdo de ti,
de tu azahar.

Gaitero, sauce y olivo;
llorón de despedida.
Me acuerdo de las tejas de tu tejado,
del aire de tus tormentas,
de las tardes, las noches y los amaneceres
porque en tu cuerpo todo amanecía distinto.

Los aeropuertos me recuerdan a ti.
Quisiera mudarme para siempre
a aquel minuto interminable,
alojarme en tu meseta y no despertar.
Eres el skyline de mi orgasmo,
mi último suspiro y mi primer aliento,
y la transición sin aire entre ellos.
En este tren que nunca cogí contigo
sólo puedo pensarte,
rumiarte para no digerir tu extrañeza.

Quédate en mi cicatriz.


[ 30 de marzo de 2013, viaje en tren Sevilla-Madrid, escuchando la B.S.O. de ¨La letra escarlata¨. Los trenes siempre han sido mi mejor lugar para escribir]