Calla,
que no te oiga la mañana.
Calla viento soberano
que tus caricias no delaten
con quién me reencontré en la plaza.
Calla,
atisba tus aledaños;
calla y deja que sus besos
pernocten en mi mirada.
Olía a jazmines,
lo sé
porque mis ojos lo recuerdan.
Olía a eterno, a instantáneo, a vuelta y a huida;
mi piel así lo canta.
Olvidar es una vida
y enamorarse un susurro.
Calla,
que ninguna boca sepa nunca
lo que mis oídos sintieron vivo.
Yo callaré contigo.