La voz dormida. Dulce Chacón.

Hoy, con los ojos llenos de lágrimas, en el metro, llegando a Lavapiés, he terminado de leer "La voz dormida", probablemente la mejor novela contemporánea que he leído. Subiendo por las calles del barrio, las mismas que, muerta de miedo y de espera, recorría Pepita, la protagonista de la obra, me dí cuenta que, sin pensarlo, me compré el libro el pasado 12 de octubre, hace apenas 6 días, la mañana en la que en Madrid tenemos los ejércitos en la calle y los aviones sin dejarnos dormir, es una casualidad, no había nada premeditado por mi parte, pero ahora, al concluirlo, me parece un tanto curioso, sobretodo al leer una historia como esta, una historia de ejércitos que imponen y sólo quieren muerte, una historia que me ha hecho llorar, erizarme, acongojarme e indignarme a cada página, una historia que sigue latiendo entre mis ojos; una obra que, a cualquiera con un mínimo de sensibilidad, no deja indiferente, que, por encima de todo, es una historia de amor con mayúsculas, con una fuerza por encima de lo humano, con una pasión igual de intensa que la mirada a mar de Pepita. "La voz dormida" se te clava por los ojos en el alma, te retuerce cada sentimiento por muy escondido que esté en tu corazón y te los saca a todos, uno a uno y de golpe, a flor de piel. Es una historia de seres humanos con esparadrapos invisibles en la boca, una historia necesaria en un país en el que nos ponen de pesados a los que no queremos olvidar la guerra civil, tan necesaria como necesario es saber dónde están cada uno de los "caídos" en fosas comunes, de los arrojados a agujeros de venganza, olvido y anonimato. En este país ha habido mucho hijo de puta, mucho hijo de puta con una crueldad sin límites, y, lo peor, es que sigue habiendo mucho hijo de puta que pretende que los demás olvidemos, no hagamos memoria, pero hacer memoria es vital para mucha gente que aún sigue mirando a izquierda y derecha y cerrando ventanas antes de contar su pasado, o el pasado de los suyos, a muchos me gustaría preguntarles a la cara si saben con certeza dónde están enterrados cada uno de sus antepasados, porque aún hay mucha gente viva que no lo sabe, mucha gente que ni siquiera se atreve a alzar la voz ni para llorarlos, hay muchos nietos en este país que se enteran de la historia de su familia por terceros porque a sus abuelos les sigue tartamudeando el habla y los miedos en el alma; en esta vida se puede olvidar todo menos la sensación del miedo y el que ha sentido realmente miedo se lleva el miedo con él grabado.

"La voz dormida" es una historia de mujeres, de una mujer miedica que se enfrenta a todo por ver cada mañana a su hermana, por cuidar a su sobrina y por el amor incondicional a un hombre del que sólo tiene un par de abrazos, de otra mujer que aprendió a escribir por ser guerrillera y que por ello está embarazada y condenada a muerte, de otra mujer que perdió a su hija no sabe dónde y de la que sólo guarda un vestido de flores moradas, de otra mujer que sólo quiere saber cómo es el mar, de otra mujer que siendo una niña y sin saber porqué ya es presa política, de otra mujer que espera y espera y espera desde los barrotes de su cárcel encontrarse con su marido, sus hijas, su nieto y su hijo enfermo, de otra mujer que ni reconoce a sus hijas, de otras cientos de mujeres que aguardan a la puerta del cementerio un retal de tela para poder tener algo por lo que llorar a sus muertos, de cientos de mujeres españolas que han existido, que han vivido y sufrido a uno u otro lado de los barrotes.

Espero con ganas la película de Zambrano basada en la novela, evidentemente la literatura lleva a unos campos de la imaginación que nada ni nadie más es capaz de llevar, el ser humano está hecho para soñar y la literatura es la mayor puerta a la imaginación, cada uno, cuando leemos, ponemos a los personajes unos ojos, unos brazos, unos besos y un caminar, a las paredes ponemos cada uno un color distinto, los desconches donde más nos gustan y los cuadros donde nos apetece y así en una sucesión de detalles infinitos, pero el cine es un medio más para contar una historia, una historia que en este caso, me repito, es necesaria; Benito Zambrano nos dará su visión, a unos gustará más que a otros, pero es una visión más, una visión de algo que pasó realmente y que pasó hace no tantos años, ya que muchos intentan congelar la memoria que al menos haya escritores, cineastas, periodistas, etc... que nos la refresquen.

Lo siento, me he ido por unos derroteros muy complicados, pero cada página del libro me ha hecho acordarme de mucha gente, de muchas historias, ha hecho que se me remueva algo por dentro y supongo que esa era la intención de su autora que, con un lenguaje y una composición magistral, hace que no nos olvidemos de todas esas mujeres que, como "las trece rosas" vivieron, lucharon y murieron por unos ideales, por la libertad.