Horizonte.

Se acabaron los lunares de tu cuerpo,
se acabaron las marcas y los dientes;
es lo que tiene contar de memoria,
que un día se borran los recuerdos
y al día siguiente se te olvidan hasta los números.

Han llovido demasiadas noches
para seguir respirando
el aire de tus esquinas.

Las fechas vuelven a ser blancas,
los calendarios huelen a nuevo
y las pisadas...
ay las pisadas dejan huellas firmes.
Se acabaron siluetas sin formas
de pies desdibujados en la arena.

Ahora mar y puerto
con sus barquitos, sus diques y sus veleros,
con su olor a sal y a extranjero,
con su sabor a piel y su eco de horizonte.


[29 de octubre de 2011, inspiración en el metro]